¿Qué oportunidades nos da la edad promedio de los peruanos? Más allá de los datos económicos, los datos demográficos muestran que la distribución actual de edades de nuestra población es ideal para crecer y desarrollarnos.
En nuestra historia las familias tenían muchos hijos, ocho o diez a comienzos del 1900 y tres o cuatro a comienzos del 2000. Eso implicaba, paisano, paisana, que cada adulto debía trabajar para mantener a varios niños, lo que generaba poco bienestar para todos.
Pero por diversas razones, una de ellas el control de la natalidad, hoy en el Perú hay casi dos adultos por cada menor y, como nunca en nuestra historia, la mayoría poblacional ya no son los niños y adolescentes, sino las personas entre 25 y 40 años. Mejor aún, mientras en muchos países, en Europa o en Asia, la mayoría está entrando a la vejez, en el Perú las personas mayores son una pequeña proporción poblacional. Así, las estadísticas predicen como 15 años más de "bono demográfico"; es decir, de tiempo durante el cual nuestra población trabajadora crecerá más que la población dependiente, niños o mayores.
¿Qué oportunidades nos presenta, paisana, paisano, esa situación demográfica? La primera es que debemos aprovechar que nuestra mayoría poblacional, entre 25 y 40 años, está en su mejor fuerza productiva. Y que, como nunca, tenemos fuerza para competir y complementar mejor a muchos países cuya población envejece y tiene menos capacidad de trabajar, como Japón, por ejemplo. Eso implica prepararse para darle a esta fuerza laboral capacitación y tecnología para usar su gran fuerza de manera eficaz y eficiente, apoyando la orientación emprendedora de los peruanos, sin burocracias o limitantes absurdas.
Por otro lado, debemos considerar que al haber menos jóvenes dependientes les podemos dar más cuidado y mejor educación, pues un salario para alimentar y educar a dos hijos alcanza mejor que uno para cuatro o seis, como era antes. Por cierto, además deberíamos prepararnos a la mayor demanda por vivienda, estudios graduados y otros servicios propios de esa edad mayoritaria.
Pero también deberíamos pensar que, así como la menor natalidad genera ventajas, tenemos que empezar también a estimular a no bajar de dos hijos por pareja, para no caer en la trampa del envejecimiento que ya afecta a otros países. Hablaremos de eso en otra oportunidad, pero entre tanto, paisana, paisano. ¿Cómo cree usted que podemos aprovechar mejor este gran momento de fuerza demográfica en nuestro país?
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