Remecido el gobierno y sin la confianza en su gabinete ministerial por parte del Congreso, puede ser la oportunidad para repensar las políticas en educación para el nivel básico, más allá de la reforma universitaria en torno a la cual hay amplio consenso y rechazo general a las maniobras de quienes pretenden derribarla. Una educación superior de calidad garantiza las más altas calificaciones de profesionales que moverán la sociedad desde el estado, la sociedad civil y el mundo empresarial hacia mejores rumbos.
Pero ¿qué hay con la educación básica? A mi juicio, es optimista el dato del 96 % de familias que asegura que sus hijos accedieron al programa Aprendo en Casa como lo mencionó el Presidente Vizcarra, considerando que hay más de 1 millón 150,000 hogares que no tienen acceso a ninguna TIC (servicios del internet, TV por cable, teléfono celular y teléfono fijo) según el censo 2017. Asimismo, una reciente encuesta realizada por el Instituto de Estudios Peruanos hace pocas semanas reporta que el 65% de encuestados rurales considera que una de las principales dificultades para la educación a distancia son precisamente los problemas con la señal de internet, TV o radio. Sin medios ni dispositivos es fácil darse cuenta que las niñas, niños y jóvenes que viven en las zonas de mayor ruralidad no están recibiendo educación. Ni siquiera llegarán las tabletas anunciadas en el corto plazo.
Por otro lado, parece no haber funcionado la reapertura de clases presenciales desde el 1 de julio en escuelas de ruralidad 1 y 2 como se anunció, y hoy con el repunte de casos en provincias parece inviable ¿qué hacer? ¿se declara perdido el año escolar para estas niñas, niños y jóvenes o se plantean alternativas creativas y viables para atenderlos como es su derecho? A mi juicio el Ministerio de Educación debe agotar todas las posibilidades para educar a esta población, que en su mayoría pertenecen a pueblos originarios y a quienes las desigualdades y la injusticia azota una y otra vez. De ninguna forma dejarlos a su suerte sin servicio educativo y perdiendo el año escolar irremediablemente.
La reactivación de la educación es tan o más importante que la reactivación económica por lo tanto el sector educación necesita todo el apoyo posible para dar respuestas pertinentes y efectivas cueste lo que cueste. No solo es tarea del Ministro y su equipo de sede central, se necesita la decisión, voluntad y eficiencia de las Direcciones Regionales y las UGEL, el apoyo del sector salud y otros sectores, así como la colaboración solidaria de las comunidades. La llegada de maestros nombrados, estudiantes de educación intercultural bilingüe de los últimos años, y educadores comunitarios sí es posible en comunidades de cero contagios. En todo caso, cualquier alternativa deberá pasar necesariamente por consulta con las organizaciones de los pueblos originarios y el gremio magisterial en una cruzada de emergencia por la educación de las niñas, niños y jóvenes de los pueblos originarios en condiciones sanitarias seguras. Sí se puede.
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