El actor y productor mexicano habló con RPP acerca de los obstáculos que sorteó para hacer realidad su proyecto. Una de sus intenciones es generar conciencia sobre los casos de tráfico de menores.
La película Sound of Freedom ha generado gran interés luego del rechazo de Netflix y Disney para incluirla en sus catálogos de streaming, pero también por la recomendación del actor Mel Gibson, quien resaltó la importancia de su trama al exponer casos de trata infantil.
Producida por el mexicano Eduardo Verástegui, el filme está basado en hechos verídicos sobre la labor de Tim Ballard, un agente de Seguridad Nacional de Estados Unidos que lo arriesgó todo para combatir el tráfico de niños.
"Cuando conoces a un héroe en la vida real el impacto es muy grande. Hace ocho años conocimos a Tim Ballard y su equipo. Cuando te cuentan las historias de lo que hacen y cómo viajan por diferentes partes del mundo rescatando niños secuestrados para la explotación sexual... como cineasta estás al frente de una historia, no de ciencia ficción, sino de héroes reales que sacrifican todo por defender la vida de los niños", dijo Verástegui dijo a RPP.
El productor mexicano ha llevado la película a El Vaticano y ha estado en diferentes iniciativas con respecto a la defensa de los derechos humanos y la familia. En su visita a Perú, el también protagonista de reconocidas telenovelas mexicanas reflexionó acerca del riesgo que tomó para hacer realidad este proyecto.
"Fueron 8 años de trabajo por dos horas de tu tiempo que dura la película. Estoy muy emocionado porque valió la pena cada segundo, cada obstáculo, cada cerrón de puertas, porque nos decían que esto no iba a funcionar. Para mí es un honor estar aquí en Perú porque sé que esta película va a tocar el corazón de esta hermosa nación", expresó.
Los obstáculos que dificultaron su trabajo
Eduardo Verástegui reveló que tocó las puertas de todas las grandes casas productoras para distribuir Sound of Freedom, pero al parecer, todas se negaron. A esto sumó la falta de presupuesto y la negativa de varios actores que rechazaron el proyecto.
"Podría escribir un libro sobre las piedras que tuvimos que mover para hacer esta película... Terminé recaudando fondos un mes antes de que la película se estrenara el 4 de julio en Estados Unidos. Acabé endeudado, negociando con Disney tras la compra de Fox, me tocó más de un año negociar con ellos sobre cómo rescatar los derechos de la película, en fin, fueron muchas cosas", contó a RPP.
Para el rol protagónico, él y su equipo tenían en la mira a algunos de los rostros más famosos de Hollywood, la película debía venderse bien, pero sus planes se venían abajo.
"Nos tardamos meses en audicionar al actor principal, más de veinte actores pasaron y no estaban interesados. En un momento dijimos: 'vamos a tener que agarrar a un actor que esté dispuesto a dar su vida por este proyecto'. Con un actor famoso es más fácil vender la película y es más fácil llegar a las masas, pero ellos no querían hacer la película, hasta que felizmente llegó este guerrero de corazón valiente llamado Jim Caviezel, y dijo que sí.
Caviezel ha dicho que esta es su película más importante después de La Pasión de Cristo. Él interpreta a un agente federal estadounidense que deja el trabajo para dedicarse a rescatar niños que son víctima de tráfico humano por todo el mundo. El agente se embarca en una misión muy peligrosa para rescatar a la hermana de uno de los menores a los que libró de la trata infantil.
"Después de que la película se rodó no había distribución, los expertos de Hollywood nos decían que esto no iba a funcionar, hasta que llegó Angel Studios y se la jugaron por nosotros. La sacaron el 4 de julio en Estados Unidos, la fecha más difícil para una película independiente, y resultó ser la cinta número uno en esa fecha gracias a la audiencia que levantó su voz", aseguró el productor.
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¿Habrá segunda parte de 'Sound of Freedom'?
Consultado sobre la posibilidad de hacer una secuela de Sound of Freedom, Eduardo Verástegui señaló que es muy pronto para pensar en la continuación de la historia, por el momento prefiere enfocarse en la promoción de la película y dejar un mensaje a los líderes políticos para acabar con el problema de trata de personas.
"Vamos empezando. Después de 8 años de espera, acabamos de salir hace cinco semanas. Esto apenas comienza, falta el lanzamiento por Europa, África, Asia y en las plataformas. Esto nos va a tomar un buen tiempo, no quiero distraerme con otro proyecto hasta no dejar un legado permanente con esta película", explicó.
"Yo quiero cambiar legislación, invitar a todos los líderes a que vean la película, sobre todo a los líderes políticos, porque ellos sí tienen en sus manos el poder de hacer un cambio verdadero. El gobierno tiene grupos de inteligencia, tienen dinero, tienen la Policía, tienen el Ejército, tienen la tecnología; en fin, tienen de todo para acabar con este problema de una vez por todas. Esta película, que ya se convirtió en movimiento, le va a poner presión mediática y social al gobierno para que esto sea prioridad", culminó.
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