La lucha nunca cesó y se viene haciendo desde todos los rincones del país sin importar la posición, el oficio y la edad. Desde párrocos que impulsaron campañas para comprar plantas de oxígeno, pasando por trabajadoras y policías que le pusieron alegría a sus labores a través del baile y el canto, hasta muestras de fe y no rendirse ante el virus.
El Perú cumple 100 días de cuarentena que no solo han sido de lucha continua, muerte y a veces desesperanza, sino también, momentos que arrancaron sonrisas o robaron una lágrima por situaciones que se presentaron en diversas regiones del país.
Si bien todo empezó con hechos como turistas varados o autoridades que incumplían el aislamiento, la situación luego empeoró hasta llegar a reportar un gran número de muertes y falta de oxígeno. Pero también hubo recuperaciones milagrosas de infectados con la COVID-19 e historias conmovedoras que recordamos en esta nota.
Ángeles del oxígeno
A inicios de mayo, cuando se hablaba de colapso de la capacidad hospitalaria, era para lanzar la alerta por falta de camas, servicios en UCI o hasta ventiladores mecánicos. O que la línea 113 no lograba atender toda la demanda. Sin embargo, la crisis de la pandemia dio un giro cuando en Iquitos, capital de la región más extensa del Perú, Loreto, empezaba a reportar carencia de oxígeno y que, por esa razón, varios pacientes se estaban muriendo.
Fue entonces que un domingo –en la Iglesia de Iquitos– un grupo de personas decidió hacer una colecta monetaria para poder comprar una planta de oxígeno. Y la idea fue lanzada al Perú y hasta el mundo entero por el padre Miguel Fuertes Pietro, administrador del Vaticinio Apostólico de Iquitos.
“Ahorita Iquitos está en plena catástrofe. Estábamos pensando cómo ayudar ante esta situación que estamos viviendo y vimos que la necesidad era el oxígeno. Averiguamos un poco cuánto valía una planta y nos dieron un presupuesto de 400 mil soles. La meta que teníamos en principio eran esos 400 mil soles”, contó en ese momento.
A los pocos días recolectaron un millón de soles. Y con esa cantidad, compraron tres plantas de oxígeno para abastecer.
Una experiencia similar se vivió en Lambayeque, cuando el sacerdote de ese lugar, José Manuel Zamora motivó a los fieles católicos para que se sumen a la campaña “Resiste Lambayeque”.
“La mayoría son ciudadanos comunes y corrientes que han dado su pequeño apoyo y que ha servido para mucho en esta campaña. La gente humilde y sencilla es la que encabeza este acto solidario”, dijo aquella vez.
Alegría y buena actitud en plena pandemia
En Huancayo, unas 30 trabajadoras de limpieza de la Municipalidad Distrital de Chilca en Huancayo nos regalaron una lección de amor al trabajo y energías positivas para combatir a la COVID-19. Mientras desinfectaban las calles de la ciudad, cantaban y bailaban al ritmo del santiago, un baile tradicional del valle del Mantaro.
“Vecinito, vecinito quédate en tu casa, cuando sales a la calle te mata el virus, por favor lávate las manos”, decía la letra de la canción captada a finales de abril.
Y hablando de bailes y policías, en Cajamarca se dio una situación similar cuando, vestidos con el uniforme tipo 'Robocop' un grupo de efectivos danzaron y recibieron aplausos del público con el añadido de que cargaron un “ataúd” para “sepultar” a la “COVID-19”. “¡Vamos a luchar juntos contra esta epidemia, vamos a vencerla, vamos Cajamarca!”, fue uno de sus mensajes.
El jefe del Frente Policial Cajamarca, general Ricardo Trujillo Cornejo, sostuvo que se trata de una nueva estrategia de sensibilización para generar empatía con la población frente a la pandemia. El baile comenzó al ritmo del tema "Tusa" de la cantante Karol G, luego continuó con un carnaval cajamarquino. Y cerraron con una melodía de moda en las redes sociales: la que acompaña un video viral en el que aparece un grupo de africanos cargando un ataúd mientras bailan.
“Amigo cajamarquino, todos unidos en familia, tenemos que combatir y sepultar a la COVID-19. ¡Quédate en casa!”, se escuchaba mientras bailaban.
La fe siempre está
A mediados de abril, la joven fotógrafa Claudia Mora Abanto vio a un niño arrodillado con los ojos cerrados y las manos juntas en una calle de la localidad de Guadalupe, al norte de Trujillo, en La Libertad. Y decidió captarlo en una foto. La imagen se viralizó.
"(Rezo) para que (Dios) cuide a los que están con esta enfermedad. Estoy pidiendo que nadie salga, muchas personas grandes están muriendo con esta enfermedad", contó el pequeño Alen.
Abraham Castañeda Malca, padre del niño, contó en RPP Noticias que su hijo abandonó por unos minutos su casa para rezar en la calle debido al ruido que había en ella.
El milagro de vencer a la COVID-19
Una lluvia de aplausos se escucha dentro de un hospital. De pronto, una mujer de casi 100 años sale por la puerta. Su familia la recibe y se unen en un fuerte abrazo. Ella venció a la COVID-19 y la esperanza de que “todos podemos” salta en nuestros corazones. Casos como este se registraron en varias partes del país.
En el caso de Melchora Ortiz Morales, quien sobrevivió al terremoto de 1970 y fue dada de alta, se convirtió en un ejemplo de lucha luego de estar internada por diez días en el Hospital II de Huaraz del Seguro Social de Salud (EsSalud) debido a una neumonía moderada provocada por el nuevo coronavirus.
“Una mujer increíble, quien sobrevivió a grandes desastres de la naturaleza en Áncash y Huaraz como: el aluvión del 41, el terremoto del 70… y ahora, a sus 99 años de edad, burló la COVID-19. Salió hoy después de 10 días de internamiento en la zona de aislados del hospital de Essalud de Huaraz; sin periodistas ni aplausos, solo bastó el amor y el orgullo de su familia... ¡Ella es mi madre!, escribió en su Facebook, Teresa Emperatriz.
En Trujillo ocurrió un hecho similar. María Morales, de 97 años, fue dada de alta tras ser hospitalizada el 12 de abril y, tras confirmarse que dio positivo para la COVID-19, estuvo 5 días en la Unidad de Cuidados Intensivos de la Clínica San Pablo. Uno de los médicos que la trató resaltó que la paciente no necesitó en ningún momento ventilación mecánica.
Delia Bardales Morales, hija de la paciente, expresó su felicidad por el alta de su madre y agradeció el trabajo de los especialistas e instó a la ciudadanía a permanecer en sus viviendas a fin de evitar contagios. “Estoy muy agradecida y afortunada por tener a mi madre con nosotros. Es increíble verla salir de alta”, comentó.
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