La renuncia de 10 parlamentarios marca el fin de la mayoría ‘naranja’ en el Congreso. Un año y medio de tensión entre los hermanos Fujimori precedió a la ruptura.
“La decisión es mía: sólo en el supuesto negado que Keiko no gane la presidencia, yo postularé el 2021”, tuiteó Kenji en abril del 2016. Hasta entonces, los hermanos Fujimori parecían unidos en torno a la figura política de la hija del expresidente. El mensaje, borrado poco después y criticado por la hermana, se convirtió en la primera gran evidencia de una fractura progresiva que ha llegado a su punto máximo 18 meses después del inicio del actual Congreso, con la salida del hermano de la bancada.
Entre ambos hechos se cuentan una elección perdida, críticas a las posiciones de la bancada, una vacancia frustrada a último minuto, un polémico indulto y finalmente, bromas, videos, frases sarcásticas, caricaturas en redes sociales y una renuncia en bloque que la arrebata Fuerza Popular la mayoría en el Congreso.
Así se gestó la ruptura de la bancada de Fuerza Popular, que en un año y medio pasó de 73 miembros, cifra superior a la mayoría simple, a 61.
Los hermanos Fujimori
Keiko y Kenji Fujimori crecieron bajo el ojo público. Cuando la mamá, Susana Higuchi, dejó de ser primera dama en medio de denuncias de corrupción y de tortura contra su esposo, su primogénita la reemplazó con solo 19 años. Como tal, acompañaba a su padre en actividades públicas, cumbres y conferencias, además de presidir la Fundación por los Niños del Perú. Las apariciones del hijo menor correspondían a situaciones más íntimas registradas en escenas en Palacio y videos familiares que luego se hicieron públicos.
Luego de la caída del régimen de su padre, ambos hermanos siguieron con sus estudios en Estados Unidos (Kenji en Kansas y Keiko en Nueva York) antes de volver al Perú para la segunda fase del fujimorismo. En el 2006, ella se presentó como la cabeza de lista parlamentaria de Alianza por el Futuro y alcanzó una curul como la congresista más votada de una bancada de 13 miembros. Ese mismo año, su hermano postuló sin éxito a la presidencia regional de Lima por Sí Cumple, otro partido fujimorista.
Cinco años después, Kenji volvió a la política tomando el puesto de su hermana como cabeza de lista al Congreso, mientras que ella pasó a ser la candidata presidencial. Con Fuerza 2011 –hoy Fuerza Popular– Keiko logró pasar a segunda vuelta con Ollanta Humala, pero, pese a ser la favorita, finalmente perdió. Su hermano, como ella antes, logró ser el congresista más votado. La bancada esta vez fue de 37 y se convirtió en la principal fuerza opositora.
“Posiciones personalistas”
El cisma fujimorista comenzó a evidenciarse en la campaña del 2016. Durante esta, Keiko excluyó a figuras como Martha Chávez, María Luisa Cuculiza y Alejandro Aguinaga, cercanas a su padre. En lugar de ellos, les dio mayor protagonismo a congresistas y voceros como Héctor Becerril, Luis Galarreta, Lourdes Alcorta, Daniel Salaverry, quienes luego serían el núcleo del grupo del ‘Mototaxi’, los fujimoristas más leales y cercanos a ella.
En la primera vuelta, Kenji volvió a ser el congresista más votado y Keiko logró una bancada de 73 miembros, así como casi el 40% de los votos. La cifra no le alcanzó para evitar una segunda vuelta, en la que tuvo a Pedro Pablo Kuczynski como rival, con las fuerzas antifujimoristas agrupadas con él. El 24 de abril, Keiko aseguró en una entrevista a Panorama que en caso ganase, no habría un Fujimori postulando a la presidencia el 2021. Al día siguiente, Kenji lanzó el tuit sobre su intención de postular si su hermana no ganaba.
Keiko respondió poco después. “Aquí no hay espacio para posiciones personalistas, y así lo deberán entender quienes pretendan mantenerse en el partido”, dijo vía Twitter. “Rechazamos cualquier intento de alterar el proceso de elección interna con la autoproclamación de candidaturas cinco años antes de la elección”. Kenji borró el tuit y se mantuvo alejado del resto de la campaña. El día de la segunda vuelta, que acabaría en derrota fujimorista, estuvo con su hermana en el desayuno electoral, pero no fue a votar.
La bancada que se rompió
Kenji Fujimori fue el más votado, pero no fue elegido por su bancada para que presida el Congreso. Sin embargo, encabezó la juramentación de los congresistas con un discurso en el que dijo que respetaba y admiraba a su hermana por haber construido “el partido político más grande e importante, uno que permanecerá en la historia del Perú”. Su rol en la bancada fue casi nulo durante el resto del año, incluso cuando Yeni Vilcatoma renunció por discrepancias con su Keiko en septiembre. Recién en febrero del 2017 comenzó a expresarse con frecuencia por la que sería su arma de lucha favorita: Twitter.
Las discrepancias de Kenji escalaron rápidamente. En febrero criticó a su bancada por no apoyar la creación de una comisión para investigar el caso Sodalicio. En abril se opuso a un proyecto de Letona y Aramayo para regular medios. En julio, llamó “circo” al Congreso y “leones” a sus miembros luego de las forzadas renuncias de los ministros Vizcarra y Thorne. Su bancada lo suspendió por 60 días en julio, a lo que se opusieron 23 fujimoristas mediante una carta –6 de ellos están entre los que renunciaron este miércoles– y el propio Alberto Fujimori, todavía en la cárcel. Un mes antes, cuando Patricia Donayre renunció y dejó a Fuerza Popular con 71 miembros por diferencias internas, lo hizo denunciando un ‘keikismo’ y ‘albertismo’ -cercano a Kenji- dentro del fujimorismo.
En medio de esta polémica, Kenji comenzó a compartir en Twitter caricaturas de sí mismo, videos a modo de broma y frases sarcásticas en entrevistas y declaraciones. Sus objetivos eran los congresistas más cercanos a Keiko Fujimori. Denunció que algunos miembros de Fuerza Popular no querían la libertad de su padre, se opuso a una norma que impedía la formación de nuevas bancadas en el Congreso, impulsada por su partido, y pidió la renuncia de Ana Vega y Pier Figari, asesores de Keiko a quienes responsabiliza de sus derrotas electorales. Esto lo llevó a su segunda suspensión, en noviembre, por 120 días. Él, en todo momento, negó que iba renunciar.
El indulto y las renuncias
Entre una sanción y otra, en septiembre del año pasado, Kenji visitó Palacio de Gobierno por la ceremonia de juramentación de Mercedes Aráoz como presidenta del Consejo de Ministros. La vicepresidente asumió el cargo luego de que el fujimorismo –a excepción de él– le negó la confianza a su antecesor, Fernando Zavala. Según la agencia Reuters, durante ese encuentro el congresista Fujimori le ofreció al presidente Kuczynski darle estabilidad política cambio del indulto a su padre.
En diciembre, Fuerza Popular impulsó una moción de vacancia contra PPK por sus vínculos por Odebrecht. Se necesitaban 87 votos y contra todos los pronósticos, solo consiguió 79: diez fujimoristas, entre ellos Kenji, se abstuvieron en la votación. Tres días después, Kucyznski concedió el polémico indulto humanitario a Fujimori. Los opositores a este perdón y los propios fujimoristas leales a Keiko, así como 8 de cada 10 peruanos según las encuestas, creen que se trató de un ‘negociado’, pero tanto el Gobierno como Kenji lo niegan.
El partido abrió un proceso disciplinario a los diez. Con base en su negativa a apoyar la vacancia y en sus posteriores declaraciones críticas con la bancada, el Comité Disciplinario resolvió expulsar al hermano de Keiko, así como a Bienvenido Ramírez y Maritza García, convertidos en sus principales voceros. En respuesta, la facción a la que Kenji apodó ‘Avengers’ –referencia a los superhéroes de Marvel- anunció este miércoles su “renuncia irrevocable” a la bancada y su intención de conformar una nueva.
Alberto Fujimori, en silencio desde que salió de la clínica en la que dieron el indulto, aún no se ha pronunciado por la renuncia del hijo.
Comparte esta noticia