La visa de oro de Sam Altman durará 10 años y busca que el empresario mire al país asiático como un territorio a considerar en sus inversiones.
El gobierno de Indonesia ha anunciado que entregará su primera ‘visa de oro’ a Sam Altman, el tecnológico fundador de OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT.
Esta condición especial durará 10 años y tiene un objetivo claro: incentivar a que Altman ayude a crecer el campo tecnológico en el país.
Turista de oro
De acuerdo con el director general de inmigración en Indonesia, Silmy Karim, esta visa dorada se otorga “a figuras que tienen reputación internacional y pueden proporcionar beneficios al país”. “La esperanza es que Altman pueda contribuir al desarrollo y uso de la inteligencia artificial”, señaló a CNBC.
Dentro de las ventajas que tendrá este personaje es que podrá disfrutar de controles prioritarios en los aeropuertos del país; es decir, pasará primero en cualquier fila de migraciones, además que podrá tener periodos de estadía más largos y facilidades para el ingreso y salida del archipiélago.
Según TIME Magazine, el visado de oro otorga 5 años de residencia para quien establezca una empresa valorada en 2.5 millones de dólares en territorio nacional, pero se puede expandir a 10 años si la compañía vale más de 5 millones.
Al parecer, fue el propio gobierno quien quiso entregar esta distinción y no fue Altman quien la pidió.
A inicio de año, él estuvo en Indonesia en medio de una gira relámpago que lo llevó a varias ciudades claves del continente como Beijing, Tokio, Seúl y Singapur.
La visa de oro no es exclusiva de Indonesia: Estados Unidos, Canadá, Emiratos Árabes Unidos, Irlanda y España operan con este tipo de privilegios.
Uno de los más importantes del mundo
Sam Altman se ha convertido en uno de los nombres claves de la industria de la inteligencia artificial.
Al mando de OpenAI, ha llevado a la masividad a ChatGPT, su chatbot capaz de responder preguntas gracias a su entrenamiento con la data de internet.
Su popularidad llevó a lo más alto al campo, el cual está permitiendo que las empresas tecnológicas compitan y se vuelvan más millonarias gracias al impacto que están teniendo en las sociedades.
Y claro, aunque de beneficios se hable, también es grande el temor que existe detrás de la pregunta si la inteligencia artificial puede terminar con miles de trabajos alrededor del mundo. Algunos especialistas han calificado de “nuclear” este riesgo, mientras otros confían en que una correcta regulación a tiempo evitará cualquier amenaza al orden establecido.
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