La jubilación en Estados Unidos bajo el sistema del Seguro Social no es una decisión única y definitiva, sino un proceso flexible que se adapta a las necesidades y circunstancias de cada trabajador. En este contexto, existen tres modalidades principales: jubilación anticipada, jubilación plena y jubilación postergada. Cada una implica distintos beneficios mensuales y requisitos de edad, y elegir correctamente puede marcar una gran diferencia en la estabilidad económica durante la vejez.
La jubilación anticipada permite comenzar a recibir beneficios desde los 62 años, pero con una reducción permanente del monto mensual que puede alcanzar hasta un 30% menos de lo que recibirías si esperas a la edad plena de jubilación, que varía entre los 66 y 67 años según el año de nacimiento.
Por su parte, la jubilación plena garantiza el beneficio completo asignado por el historial de ingresos del trabajador. En cambio, si se opta por postergar la jubilación más allá de la edad plena, los pagos aumentan cada año que se retrase, hasta los 70 años, gracias a los créditos por jubilación diferida. Este incentivo puede representar un incremento de hasta un 8% anual en los beneficios.
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Elegir el mejor momento para jubilarse: una decisión personal y estratégica
La decisión sobre cuándo jubilarse no solo depende de factores económicos, sino también de salud, estilo de vida y expectativas de longevidad. Algunas personas eligen jubilarse anticipadamente por necesidad o deseo de disfrutar más años sin trabajar, aunque esto implique recibir menos dinero mensualmente.
Otras prefieren esperar para asegurarse un ingreso mayor y estable en sus años más avanzados. Postergar la jubilación es especialmente beneficioso para quienes gozan de buena salud y desean maximizar sus ingresos de por vida. Sin embargo, es importante planificar con anticipación y, si es posible, consultar con un asesor financiero para evaluar todas las variables. Así, se puede tomar una decisión informada que garantice una jubilación cómoda y segura.
