En el complejo entramado de seguridad social de Estados Unidos, el Seguro Social se erige como un pilar fundamental para la protección financiera de millones de personas. Sin embargo, es crucial comprender qué aspectos no cubre este programa federal, administrado por la Administración del Seguro Social.
Una de las cuestiones fundamentales a tener en cuenta es cómo se calcula el beneficio del Seguro Social. Este se basa en las ganancias de una persona a lo largo de su carrera laboral. Si bien el programa contempla periodos de baja o nula actividad laboral, aquellos que hayan tenido ingresos más bajos o discontinuos podrían recibir beneficios más reducidos.
No se considera dinero libre de impuestos
Un aspecto importante a destacar es qué ingresos no están cubiertos en los aportes al Seguro Social. El programa solo considera los salarios y los ingresos netos del trabajo por cuenta propia. Por el contrario, los pagos de pensiones, anualidades e intereses o dividendos de ahorros o inversiones no son tomados en cuenta para el cálculo de los beneficios del Seguro Social.
Es decir, entonces, que los ingresos adicionales que un individuo puede percibir y que se exhoneran de impuestos a la seguridad social de Estados Unidos no son cubiertos por el Gobierno, y por ende, no son tomados en cuenta al momento de cobrar los beneficios de este sistema.
Incluso, afectan directamente a la pensión que se puede recibir una vez terminados tus aportes.
Es vital comprender quiénes son los beneficiarios del Seguro Social, ya que el programa se dirige a una variedad de grupos. Esto incluye a personas jubiladas, aquellos con discapacidades reconocidas por el Seguro Social, los sobrevivientes de trabajadores fallecidos y las personas dependientes de los beneficiarios, como cónyuges e hijos menores de edad.