Raúl Rodríguez nunca olvidará el momento en que se dio cuenta de que su vida estaba construida sobre una mentira. Rodríguez había ayudado a deportar a miles de inmigrantes mientras trabajaba para la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés), pero un secreto familiar hizo añicos su forma de ver el mundo.
Todo comenzó en abril de 2018, cuando los investigadores federales le mostraron un documento impactante: un certificado de nacimiento mexicano con su nombre. “Ese día nunca se irá de mi mente. Es una sensación terrible”, declaró el mexicano a CNN.
Una conversación con su padre poco después confirmó lo que Rodríguez había temido tan pronto como vio el papeleo. El certificado de nacimiento estadounidense que había usado durante décadas era fraudulento. Rodríguez no era ciudadano estadounidense, sino un inmigrante indocumentado.
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Rechazo repentino y redención
De repente, el latino se encontró en el extremo opuesto del espectro, luchando por la oportunidad de quedarse en Estados Unidos. Perdió su trabajo en CBP y a sus amigos en la Policía dejaron de hablarle.
Cuatro años después y gracias a la ayuda de su hermano, el hombre consiguió la residencia permanente. Durante ese tiempo, el hombre se dedicó a ayudar a inmigrantes en la frontera de Estados Unidos y México.
Después de deportar a inmigrantes de Estados Unidos durante años, Rodríguez confesó que “ahora está tratando de traerlos de vuelta”. El hombre espera trabajar más directamente con los veteranos dentro y fuera de Estados Unidos para ayudarlos a navegar en el sistema de inmigración.
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